Psicopedagoga emprendedora: fijar precios sin culpa
Psicopedagogas emprendedoras: aprendé a fijar honorarios sin miedo ni culpa. Estrategias de mentalidad y marketing para valorar tu trabajo.
Lic. Andrea Alloatti
9/19/20252 min read


Psicopedagoga emprendedora: cómo fijar precios sin culpa
Ser psicopedagoga no solo implica atender pacientes, hacer informes y armar planes de tratamiento. También significa emprender: gestionar un consultorio, organizar tiempos y, sobre todo, ponerle precio al propio trabajo.
Y acá aparece el gran desafío: muchas colegas sienten culpa o inseguridad al fijar sus honorarios. Pero ser psicopedagoga emprendedora también es aprender a valorar lo que hacés.
¿Por qué cuesta fijar honorarios en psicopedagogía?
Miedo a que los pacientes no puedan pagar.
Creencia de que ayudar es incompatible con cobrar bien.
Falta de referentes claros de honorarios en la profesión.
Comparación con colegas que cobran menos.
👉 La realidad es que cobrar poco no ayuda a nadie: ni a vos, ni a tu consultorio, ni a la calidad de tu servicio.
Estrategias para fijar precios sin culpa
Definí tu valor profesional
Años de estudio, experiencia y dedicación tienen un precio.
Recordá: tus honorarios reflejan el valor de tu trabajo, no tu valor como persona.
Investigá el mercado
Averiguá qué cobran otras psicopedagogas en tu zona.
Tené en cuenta también psicólogas y fonoaudiólogas, ya que compartimos nichos similares.
Calculá tus costos
Consultorio, materiales, capacitaciones, tiempo.
Tus honorarios no son “ganancia pura”: también sostienen tu práctica.
Sumá la variable de especialización
Si tenés formaciones específicas (ejemplo: neuropsicopedagogía, trastornos de aprendizaje), tu servicio tiene un diferencial que debe reflejarse en el precio.
Trabajá tu mentalidad emprendedora
Cobrar bien no es ser egoísta, es ser profesional.
Cuando vos valorás tu trabajo, también lo hacen tus pacientes.
Errores comunes al fijar precios
Copiar el precio de otra colega sin analizar la propia realidad.
Bajar honorarios “para que no se vayan”.
No actualizar precios con la inflación o el paso del tiempo.
Justificar siempre el precio con frases como “si no podés, te hago descuento”.
Mentalidad: cambiar la culpa por seguridad
Ser psicopedagoga emprendedora es entender que:
Ayudar no significa regalar tu trabajo.
La profesionalidad se demuestra también en cómo gestionás tu consultorio.
Si vos no ponés un precio justo, nadie lo hará por vos.
Conclusión
La psicopedagogía es una profesión valiosa y merece ser reconocida. Fijar precios sin culpa es un acto de respeto hacia vos misma, hacia tu tiempo y hacia tu profesión.
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